Valoración
Martin Scorsese lo ha vuelto a hacer. Junto a un Leonardo DiCaprio excepcional, se ha convertido en el rey de la taquilla española en el fin de semana de estreno de El lobo de Wall Street y ha encandilado a millones de espectadores con su relato sobre la vida de Jordan Belfort, haciendo una crítica en forma de sátira de los hombres trajeados y sin escrúpulos de Wall Street movidos por la fuerza incontrolable del dinero.
Durante tres horas el espectador es testigo de un colocón que parece no tener fin en el que los máximos protagonistas son las drogas, el sexo y la perversión. Las situaciones cómicas se suceden sin parar en una nebulosa entre lo posible y lo surrealista. Un soberbio DiCaprio lleva la batuta y no se pierde ni una escena, haciendo gala de sus mejores dotes interpretativas (que bien pueden valerle el Oscar este año) y brillando con fuerza junto a un reparto que sabe estar a la altura. Jonah Hill es el segundo de abordo, haciéndose notar y dejando momentos memorables en los que es imposible no reírse a carcajadas. A pesar de su corta intervención, Matthew McConaughey es digno de mención, ya que protagoniza una de las mejores escenas de la película en la que es imposible no preguntarse cómo puede ser tan bueno.
La cinta tiene un ritmo frenético marcado por la cocaína y el resto de sustancias consumidas por todos los que conforman el lienzo sobre el que se va pintando el ascenso meteórico de Jordan Belfort. Pero todo lo que sube tiene que bajar y después de todo "pedo" llega la resaca. También en El lobo de Wall Street. La parte final del largometraje cambia, toca asumir las consecuencias de los excesos y eso se ve reflejado no sólo en la trama, también en la manera de contarlo. Así, todo toma un matiz más serio, más real, y los aspectos cómicos tan presentes en la primera mitad, escasean.
Aún así, Scorsese sabe enganchar al espectador para que su atención no se desvíe de la pantalla. Lo hizo antes con obras como Casino, Taxi Driver, Infiltrados o La invención de Hugo, y lo vuelve a hacer ahora con un guión adaptado impoluto que sorprende y engancha a partes iguales.
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