lunes, 9 de junio de 2014

Grupo Cero: Ni becarios ni con experiencia

Grupo Cero: Ni becarios ni con experiencia

Becario. Término que todos conocemos porque, más por desgracia que por suerte, está muy de moda en la época actual. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, un becario es toda "persona que disfruta de una beca para estudios" o "colegial o seminarista que disfruta de una beca". Para mí y para muchos otros estudiantes y titulados, esta palabra define una o varias etapas de nuestra vida y significa, sin entrar en muchos detalles, hacer lo mismo que el de al lado pero sin contrato y por menos dinero o gratis.

La semana pasada, precisamente, tuve una experiencia un tanto amarga, aunque no nueva para mí, al asistir a una entrevista de trabajo en un grupo de comunicación. Ahora mismo me encuentro en el Grupo Cero, nombre que utilizo para definir a las personas que han terminado su carrera universitaria y que poseen amplia experiencia por haber hecho prácticas durante muchos años pero que no tienen experiencia avalada por un contrato laboral. ¿Y qué nos pasa a los que estamos en esta situación? Que nos enfrentamos al mismo problema: ni podemos (ni queremos, en muchos casos) ser becarios ni tenemos toda la experiencia que últimamente requieren las empresas a la hora de contratar. Somos un punto intermedio que se pierde, que no encaja.
 
Esta empresa en cuestión tenía dos procesos de selección abiertos. En uno buscaban un redactor junior en prácticas que pudiera firmar un convenio con el centro de estudios, lo que se traduce en la palabra mágica, un BECARIO. En la segunda vacante buscaban un perfil más formado y que tuviese, como mínimo, cinco años de experiencia. Y ahí estaba yo, que si no reunía las cualidades para un puesto, mucho menos para el otro, ya que la experiencia como becaria en otras compañías no cuenta, cosa que no apruebo porque por experiencia propia puedo afirmar que en la mayoría de los casos un becario sustituye a un trabajador.
 
La frustración que me produjo (y me produce) la situación, me llevó a mantener una pequeña charla al respecto con la persona encargada de hacerme la entrevista que, abiertamente, me propuso matricularme en algún curso que me permitiera firmar convenio, admitiendo que muchos candidatos lo habían hecho. Tras mi negativa, se disculpó por haberme hecho perder el tiempo y afirmó que la situación económica actual permite contratar a gente más cualificada en condiciones más favorables para la empresa (es decir, sueldos más bajos, básicamente) y justificó la búsqueda de un becario con el cuento chino de que les gusta formar personas para luego contratarlas si están a la altura, comentario al que respondí de manera escéptica. Digo lo del cuento chino porque salvo dos excepciones, no conozco a nadie al que le hayan contratado tras el período de prácticas. Sé de casos en los que se han alargado convenios hasta que no se ha podido más, pero de ahí a la contratación... Hablo por supuesto de mi sector, el Periodismo y la Comunicación.
 
Así que me marché. Indignada, desilusionada por el futuro poco prometedor que los jóvenes tenemos por delante y con una idea negra revoloteando en mi cabeza: Si ya no podemos ser becarios y tampoco nos contratan porque no tenemos experiencia ¿cómo y cuándo vamos a salir del Grupo Cero?

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