Reseña de 'La niebla y la doncella"

"Nadie podía impedir, una vez que ellas lo habían decidido, aquel misterioso y fatídico abrazo entre la niebla y la doncella". Con esta profunda reflexión del sargento Bevilacqua, Lorenzo Silva cierra, de manera magistral, otra de las novelas protagonizadas por dicho miembro de la Guardia Civil y su compañera, la cabo Chamorro.

La niebla y la doncella nos lleva hasta La Gomera y sus paisajes imposibles en un febrero cálido en el que, cuando cae la tarde, la niebla se apodera de la laurisilva, haciendo aún más notable el contraste entre el frondoso bosque y la zona más desértica de la isla. En este ambiente irreal y casi fantasmagórico, la aparición del cadáver de un joven consentido y la aparente implicación de un político local en el crimen, desencadenan una investigación policial que llega a un punto muerto cuando el concejal Gómez Padilla, tras un año en la cárcel, es declarado inocente. Tiempo después el caso se reabre y Vila y Chamorro deben acudir al lugar de los hechos para intentar arrojar luz sobre lo ocurrido, encontrándose, a priori, en una situación en la que parece que hay demasiadas pistas que no conducen a nada.

Lorenzo Silva mantiene el estilo de El lejano país de los estanques y sumerge al lector en la trepidante investigación como si la estuviese viviendo en primera persona. Para hacer más interesante el relato, Vila y Chamorro, los protagonistas por excelencia, ven ampliado su equipo de trabajo con la incorporación de Anglada, la joven que estaba de patrulla la noche de los hechos, una chica con personalidad imprevisible y provocadora. A través de ellos vamos conformando una idea de la vida en la isla, las relaciones entre sus habitantes y, aunque de manera sutil, atisbos de la vida privada de cada uno, lo que nos da la oportunidad de conocer un poco mejor a Rubén y a Virginia, aunque sin desviarnos demasiado de sus cometidos profesionales.

La novela es adictiva, sorprendente. Sabe captar la atención del lector y, lo que es más importante, mantenerla hasta el final. Un relato policíaco atractivo y verosímil que nos invita a seguir leyendo más libros de Silva, y, sobre todo, aquellos en los que aparecen Vila y Chamorro.